el Contribuyente

Así vuela el negocio de los drones

Uno de los principales fabricantes de drones del mundo compartió su visión de esta industria.

 

En los años ochenta un niño soñaba con máquinas voladoras distintas a los aviones. Ese niño se hace llamar Frank Wang (Wang Tao, originalmente) y en 2006 fundó Dà-Jiang Innovations Science and Technology Co. (o DJI), uno de los fabricantes de drones más importantes y una de las estrellas de Shenzhen, el Silicon Valley chino.
En enero de 2013 DJI comercializó su primer cuadricóptero, el Phantom, y desde entonces no ha parado de crecer en ventas (se estima que en 2016 sus ganancias rondaron los 460 millones de dólares, lo cual prácticamente duplica las registradas en 2015). Hoy DJI domina el mercado de venta de los vehículos aéreos no tripulados, que según la analítica Markets and Markets alcanzará un valor de 21,000 millones de dólares en 2022.
Kevin On, el director asociado de comunicación de DJI, habló con nosotros en el Consumer Electronics Show (CES) sobre cómo esta compañía unicornio (o sea, valuada en más de mil millones de dólares) se afianzó en una categoría inédita y se prepara para adentrarse en otras.

¿Cuál es el producto más innovador que mostraron en el CES?
KO Parte de nuestra filosofía es adaptar nuestra tecnología a otros usos. El año pasado presentamos la línea de soportes para cámara Osmo. Tomamos el estabilizador de cámara de nuestros drones –un cardán o gimbal– y lo adaptamos para ser usado con celulares: pasamos del aire a la tierra. Esa línea estaba dirigida al sector cinematográfico, pero nuestros consumidores nos decían que les parecía un producto muy tecnológico, que si tuviera otro color sería más amigable. La gente lo adoptó rápidamente y ahora estamos en una nueva categoría, ante un mercado completamente nuevo para nosotros: viajeros, bloggers, creadores de contenido y youtubers. También fortalecimos nuestra línea de software con Studio Mobile, un tipo de app cada vez más popular que permite realizar ajustes de color a los videos y fotografías tomadas con Osmo.

DJI es percibida como líder del sector de los drones, pero Osmo es completamente otra cosa, ¿cómo llegaron a pensar un producto tan distinto?
KO
 Buscamos nuevas formas de uso, y Osmo Mobile es un gran ejemplo. Para lograrlo, la colaboración entre nuestros equipos y la pluralidad son cruciales. En Japón tenemos un equipo especializado en fotografía, el de estabilización de imagen trabaja en Shenzhen y el de desarrollo de software se ubica en Los Ángeles. En total son cerca de 6,000 empleados distribuidos en 17 oficinas alrededor del mundo, de los cuales un tercio son ingenieros.

Los drones aún se perciben como productos novedosos. ¿Hacia dónde se dirige esta industria?
KO
 A la diversificación. Nuestro catálogo de productos es prueba de ello. Tenemos tres líneas:
consumo, profesional y empresarial. Hace unos años nuestra base era el sector profesional, pero el de consumo presenta un crecimiento sólido. También vemos potencial en industrias que pueden sacar provecho del uso de drones, en particular la cinematográfica, agrícola, de construcción e infraestructura, energética y de seguridad pública.

¿Cuáles son lo usos potenciales que han observado para esas industrias?
KO
 Son muy variados. Nosotros creamos herramientas que la gente adapta a sus realidades. Por ejemplo, en el sector energético son útiles para inspeccionar gasoductos, que son de difícil acceso, con cámaras térmicas. Pero en Corea supimos de un cliente que preguntó si podía utilizarlos para monitorear una granja de perlas, pues sufría de robos constantes. Empoderamos a la gente para que tengan nuevas perspectivas de su mundo.

¿Cuál es el modelo de negocio de DJI ?
KO
 En la actualidad nuestro negocio principal es la venta de hardware en nuestras tiendas o a través de socios comerciales. Sin embargo, buscamos convertirnos en una compañía de soluciones. El sector agrícola es un buen ejemplo de ello: tenemos un dron llamado Agras MG-1, un octocóptero diseñado para la aplicación de pesticidas que requiere de varios servicios posventa, porque una organización de granjeros probablemente no entendería la tecnología desde un inicio, así que requerirá de capacitación y mantenimiento. Vamos en esa dirección.

Entonces, ¿planean convertirse en una compañía de servicios?
KO
 Seremos ambas. Es importante tener el hardware, pero también contar con un equipo que pueda proporcionar servicios posventa, especialmente al sector empresarial. Nos interesa crear un ecosistema de hardware y software. Trabajamos en apps que permitan crear mapas tridimensionales con nuestros drones o analizar los datos que recaba el dron durante su vuelo.

El director general de Uber, Travis Kalanick, dice que su compañía podría convertirse en una de transportación aérea y habló sobre el uso de drones. ¿Ven un negocio ahí?
KO Puedo decir que pasará mucho tiempo antes de que lleguemos a eso. Son muchas las variables que confluyen para ello. Primero, las políticas de aeronáutica y el tráfico aéreo: los aviones y helicópteros vuelan a cierta altitud, pero drones con pasajeros humanos tendrían que estar en otro nivel y volarían sobre personas en zonas densamente pobladas, lo cual no es una práctica recomendada ni siquiera para drones comerciales. No se trata solamente de contar con la tecnología, que importa, claro, sino que hay muchas más variables. Por ello estamos concentrando nuestros esfuerzos en industrias factibles en el corto plazo.

A propósito de las regulaciones, se dice que Donald Trump eliminará varias de ellas si en su opinión desaceleran el desarrollo tecnológico. ¿Las regulaciones obstaculizan el avance para DJI?
KO
 Cada país tiene regulaciones diferentes y hay razones para ello. Creemos que la principal es la densidad de población. En ciudades de la India, como Mumbai o Nueva Delhi, no hay zonas de vuelo porque están muy densamente pobladas. En Estados Unidos sí las hay porque los espacios son más abiertos; la gente puede volar drones en sus patios traseros. Nuestra meta como fabricante es transmitir prácticas deseables al margen de cada regulación. No creemos que las regulaciones frenen el desarrollo. Nuestra labor es educar al consumidor y al mismo tiempo compartimos nuestros aprendizajes con las autoridades, para que así las normas faciliten el desarrollo de la industria.

¿Cómo adoptan la inteligencia artificial en sus drones?
KO
 La tecnología de rastreo es un buen ejemplo. Nuestros drones Phantom o Inspire pueden reconocer a una persona, su forma e incluso el color de su ropa para volar junto o alrededor de ella. Utilizamos GPS, pero también es un modo de aprendizaje automatizado simple. Esta tecnología tiene potencial de uso en la atención de emergencias. Ahora mismo nuestros drones pueden tomar decisiones simples, pues sus cámaras y sensores son capaces de reconocer ambientes tridimensionales, pero en el futuro serán más autónomos, y eso es un hecho irrefutable.

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