Nuestro columnista imagina cómo podría ser el futuro de la tecnología y las preguntas que esto genera.
Tomando un café con unos amigos viajeros, ellos comentaban que ha pasado tiempo desde que usaron una PC para ver qué pasa en sus empresas. La mayor parte del tiempo se la viven en el camino, ya sea en la ciudad para atender juntas, en sus actividades fuera de la oficina, o bien, en viajes.
No extrañan sentarse durante horas a ver correos en una silla o revisar resultados en Excel. De hecho, sienten que la libertad llegó en el momento que empezaron a usar sus iPhones y androids. Ahora pueden tener acceso a su información desde cualquier parte del mundo, desde un smartphone que cabe en las bolsas del pantalón. Y es en este punto donde nos surgió una gran pregunta: ¿cuál será el siguiente dispositivo que cambiará nuestras vidas?
Sin duda, Apple es la compañía que llevaba la batuta en esta área, desde la creación de la primera computadora con un mouse (o robo a Xerox), hasta la evolución del mouse tal como lo conocemos ahora. El ratón de Apple es el artefacto más completo que existe en el mercado como interfaz para la computadora, algunas de sus funcionalidades se comparten con los iPhones e iPads. Sin embargo, cuando vemos lo que hay en el escritorio nos ponemos a pensar en qué sigue, cuál será el siguiente gran avance para poder comunicarnos con la computadora.
Pues bien, en la mas reciente convención de Facebook (F8), Mark Zuckerberg anunció que tiene un equipo trabajando en dos proyectos: unos lentes y una interfaz neuronal, una que podría dejar obsoleto cualquier artefacto que hoy día tengamos a nuestra disposición para comunicarnos con la computadora o dispositivo móvil. Me refiero al “voice control” que sirve para evitar dedos que se cansan, manos que pueden adquirir mal del túnel carpiano o dedos achatados por tanto usar el teclado. Y, por otro lado, unos lentes que mostrarán en nuestro campo visual lo que deseemos consultar en nuestro dispositivo.
Otro actor importante es Elon Musk, el revolucionario hombre de negocios que nos llevará a Marte en algunos años y dueño de la marca de autos autónomos y eléctricos Tesla. También anunció que acaba de invertir en una compañía llamada Neuralink, empresa que desarrolla dispositivos considerados como “terapéuticos” para la mejora de las funciones cerebrales. La finalidad de esta inversión la conoceremos en el futuro, pero por el momento eso nos hace pensar que hay un movimiento muy fuerte en Silicon Valley que apuesta por acercarnos más a las máquinas.
Pero aunque todo cambie, algo que está muy claro es que siempre tendremos que llevar con nosotros una unidad compacta de procesamiento y comunicación. Tal vez tendrá la forma de un reloj o un smartphone, pero lo que aun queda por ver es cómo sacaremos provecho a esta unidad. Tal vez tendremos una interfaz neuronal desmontable, o unas gafas con sensores que puedan obtener información de los impulsos magnéticos del cerebro y, al mismo tiempo, visualizar interfaces gráficas en nuestro campo visual. O ¿tal vez un casco? Sin duda alguna esto impactará no solo en cómo nos comunicamos, sino en cómo nos vemos. Otra pregunta natural sería saber cómo lucirá el hombre del futuro. ¿Caminará por las calles con un visor en la cara? ¿Con un casco o con unas gafas? O simplemente con un dispositivo adherido a la piel que pueda enviar y recibir información a su cerebro.
Luego entonces, vienen las nuevas capacidades del hombre y sus problemas. ¿El ser humano seguirá siendo un individuo? Queda muy claro que para mandar un whatsapp sólo tendremos que pensar en eso, ¿pero para recibirlo? ¿Lo veremos mientras dormimos? ¿Aparecerá como parte de nuestras memorias o recuerdos? ¿Dónde quedará la privacidad de las personas? El “control mental” será posible, pero solo con dispositivos conectados vía internet a la nube o bluetooth. Podremos cambiar de canal a la TV (si es que todavía existe), buscar películas con solo pensarlo en lugar de perder el tiempo con el teclado de Apple TV, o solicitar un Uber… La información de Google estará en nuestra cabeza.
Y así podría pasar horas especulando sobre el futuro. Por eso creo que la mejor inversión es la que le da forma a la sociedad del futuro. Todas estas empresas que nos dejan entrever lo que están pensando, tal vez podrían ser nuestras mejores aliadas al momento de buscar una inversión muy redituable en el corto y largo plazo.