Los mexicanos tienen poca confianza en el gobierno de Peña Nieto y sus instituciones en el combate a la corrupción.
Con la elección por la gubernatura del Estado de México a la vuelta de la esquina, y la elección presidencial de 2018 perfilándose cada vez de manera más nítida en lontananza, la “encuistitis” no ha hecho sino agudizarse. Cada pocos días sale una nueva encuesta sobre las preferencias del electorado y los candidatos no paran de hacer declaraciones, atacándose mutuamente (sin hablar de los bots en redes). En este contexto, cabe hacerse seriamente la pregunta sobre los temas que definirán la balanza en uno u otro sentido para los candidatos. Una de las posibilidades es que el tema de la corrupción sea uno de los más importantes para los electores.
Según un análisis de Parametría, en diciembre de 2016, un 68% de los mexicanos calificó el desempeño de la administración de Enrique Peña Nieto en el combate a la corrupción como malo o muy malo. Esta es no sólo la calificación más negativa que ha recibido el mandatario mexicano durante su periodo, sino que también es peor a cualquiera que haya recibido Felipe Calderón durante su sexenio.
Además, los mexicanos encuestados por Parametría ven con pocas ilusiones la labor de las instituciones involucradas en la lucha a la corrupción. Cuando se les preguntó qué tanto creían que el Sistema Nacional Anticorrupción ayudaría a reducir los casos de corrupción en el país, 54% respondió que nada o poco, mientras que sólo 27% opinó que mucho o algo. Asimismo, la mayoría de los mexicanos opinó que la información sobre gastos y sueldos de funcionarios, así como licitaciones, es oculta y de difícil acceso.
Si bien Parametría dice que “los ciudadanos tienen una visión crítica y negativa del combate a la corrupción en esta administración con una expectativa baja de los mecanismos para enfrentarla”, concluye que está por verse la importancia concreta que el tema tendrá en las preferencias electorales de 2018, aunque pronostica que será mayor al antes visto.