¿Realmente Trump está perdiendo?
Nuestro columnista Antonio Flores Aldama analiza la “derrota” del plan de salud de Trump.
La semana pasada se votó en Estados Unidos por la aprobación de ley que podría reemplazar al “Obamacare”, un documento que era una burda copia de éste, recortado y mal planteado, que pudo haber dejado a millones de estadounidenses desprotegidos.
Pero valdría la pena cuestionarnos qué tanto un gobernante inexperto y un equipo de novatos quieren realmente modificar las leyes existentes en ese país, a unos cuantos días de haber entrado a conocer esa maquinaria “perfecta” y en funcionamiento. Si bien es cierto que se requieren ajustes en la legislación estadounidense, o en cualquier otra para obtener mejores resultados en beneficio de la sociedad, esta legislación vigente es la que ha llevado a tener los mejores indicadores económicos en el inicio de la presidencia de Trump.
Ninguno de los indicadores que se han presentado han sido resultado de la buena o mala gestión del presidente Donald Trump. Así que ,pensando como Trump (el estratega), tal vez no sería absurdo pensar que como una brillante estrategia su ley fuera deliberadamente “weak” (débil), para que a propósito se rechazara y no hubiera una afectación de inimaginables consecuencias en la sociedad estadounidense que pudieran lesionar aún más su aceptación.
Sólo piénsenlo un minuto, Trump entonces podría estar encontrando el mejor aliado en el Senado de Estados Unidos. Un aliado que no va a pasar directamente sus leyes, por obvias razones, y al que el puede utilizar como excusa para decir que ellos no permitieron el cambio.
Inmediatamente, el dólar sintió cómo la falta de apoyo no haría que las leyes cambiaran en ese país y regresó a su índice a menos de 99 puntos, haciendo que otras monedas recuperaran su valor, como es el caso del peso. Sin embargo, es muy probable que si la reforma fiscal es aprobada, ahí es donde el dólar podría encontrar un resurgimiento a los niveles de $19 y $20 pesos.
La siguiente gran prueba de Trump entonces será algo en lo que todos coincidimos: que su “equipo de Wall Street” (muchos que hoy son parte gabinete) podría ser ejemplar. Y es que las reformas fiscal y comercial puedan ayudar a mejorar la economía de un país en el que muchas personas construyeron sus imperios con esfuerzo y gran trabajo.
Lo que hoy vimos como una derrota, tal vez sea su más grande victoria, a la que podemos llamar “the big hoax” (el gran engaño).
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