Más allá de la lágrima, la administración de Obama en números
Obama recibió de George Bush un país sumergido en una grave crisis financiera, lo entregará en condiciones mucho mejores.
La mañana del viernes 20 de enero, Barack Obama, hasta entonces presidente de Estados Unidos, despertará por última vez en la Casa Blanca, dando por concluidos sus dos periodos presidenciales. La noche de ese mismo día, luego que el personal de la Casa Blanca haga los últimos y frenéticos preparativos para dejar lista la residencia presidencial y sus oficinas, el nuevo presidente electo tomará posesión formal de la presidencia y las instalaciones.
Ocho años antes, Obama recibió de la administración de George Bush un país sumergido en una grave recesión económica causada por el estallido de la burbuja del mercado inmobiliario; él lo entregará a su sucesor en condiciones mucho mejores de las que lo encontró. ¿Cómo logró esto? La versión corta es: con rescates financieros, recortes de impuestos y subsidios; es decir, con muchísimo gasto público.
En febrero de 2009, el congreso estadounidense aprobó el American Recovery and Reinvestment Act, que aprobaba un estímulo fiscal de 787 mil millones de dólares. Con estos recursos se redujeron impuestos federales, incrementar apoyos al desempleo e invertir en infraestructura; tras seis meses el crecimiento del PIB se volvió positivo. Para inicios de 2010, el crecimiento se encontraba en 3.9% y el plan fiscal movido por Obama había metido 241,900 millones de dólares a la economía estadounidense. Aunados a los 17,400 millones de dólares dados por la administración de Bush, en marzo 30 de 2009, Obama otorgó un rescate financiero de 15 mil millones a la industria automotriz, lo que presumiblemente salvó alrededor de tres millones de empleos.
En diciembre de 2010, el congreso aprobó otro 858 mil millones de dólares en recortes de impuestos. Estos se desglosan en tres componentes principales: 350 mil millones se destinaron a extender los recortes de la administración de Bush; 120 mil millones en recortes a los impuestos sobre las ganancias a los trabajadores; 140 mil millones en recortes de impuestos para las empresas; y 80 mil millones en investigación y desarrollo.
Obama ha sido duramente criticado por haber incrementado enormemente la deuda, de 10.6 billones de dólares en 2009, a 20 billones en 2017. Sin embargo, haríamos bien en ver otros números, como el crecimiento del PIB, que fue de -5.4% en 2009 y de 3.5% en el tercer trimestre de 2016; el número de estadounidenses sin seguro médico, 49 millones en 2009 y 29.8 en 2015; o la tasa de desempleo de 7.8% en 2009 y 4.7% en diciembre de 2016. El reto para Trump no es nada sencillo.
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