Al perder a un ser querido, en lo último que quieres pensar es en adquirir más deudas. Sin embargo… Sigue leyendo para librarte de dudas ¡y deudas!
Imagina que un ser querido muere; después del costo emocional y financiero inicial, llega una sucesión de cobradores a exigirte que cargues con deudas de cuya existencia a lo mejor ni siquiera estabas consciente. ¿Qué se hace en estos casos? ¿Las deudas en verdad se heredan?
Según la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), al morir una persona no desaparecen todas sus obligaciones financieras, algunas podrían permanecer y seguir generando intereses. Normalmente las deudas del finado desaparecen por medio de un seguro (como hipotecas y tarjetas de crédito), por lo que los familiares no están obligados a pagar sus deudas. La tarjeta de crédito no debe tener más de tres meses de retraso ni usarse después del fallecimiento. Pero hay excepciones.
Reglas generales
Eres responsable de pagar las deudas de tu ser querido si:
1. Confirmaste la obligación.
2. Eres el cónyuge de la persona fallecida.
3. Eres responsable de liquidar la herencia y no cumpliste con ciertas leyes aplicables.
4. Co-firmaste la obligación.
5. Eres el albacea.
6. Eres obligado solidario (aval o fiador).
7. No hay testamento y un tribunal te nombra administrador.
Tarjetas de crédito
Los trámites y requisitos necesarios para poder cancelar una tarjeta de crédito varían según la institución financiera de la que se trate. Por ello es importante que leas bien el contrato.
Cuentas bancarias
Los recursos de una cuenta bancaria que no ha tenido ningún movimiento en seis años, pasan a manos de la beneficencia pública. Sin embargo, si eres el beneficiario puedes presentar una solicitud ante la Condusef. Para tener acceso a la cuenta bancaria necesitas 1) presentar una solicitud en que se manifieste interés jurídico; 2) copia de identificación del interesado; y 3) una copia del acta de defunción de no más de cinco años de antigüedad.
Hipotecas mancomunadas
En la actualidad se pueden pedir créditos hipotecarios en conjunto con tu cónyuge, de esta manera pueden acceder a un préstamo más grande. Al adquirir este crédito se otorga un seguro de vida, de modo que en caso de morir alguno, el seguro liquida la deuda siempre que no haya pagos atrasados.