Para ser un buen líder, es muy importante saber escuchar.
Se suele pensar que el liderazgo consiste en lograr persuadir a los demás de hacer lo que tú quieras. Según esta ética del liderazgo, verbos como ‘influenciar’ o ‘ser seguido’ tienen un cariz positivo, están del lado de los aspectos deseables para quienes quieren llegar a ser líderes. Por el otro lado, ‘ser influenciado’ o ‘seguir’ con frecuencia son vistos como verbos antagónicos, representantes de lo contrario de lo que consiste ser líder.
En su artículo “How Leaders Can Help Others Influence Them”, el consultor empresarial Roger Schwarz defiende que tener la capacidad de ser influenciado por tu equipo de trabajo tiene una importancia vital para llegar a ser un buen líder. A pesar de que con los años se han empezado a favorecer los enfoques que priorizan el intercambio de puntos de vista, no se tiene un lenguaje para evaluar qué tan abierto o cerrado se está a incorporar retroalimentación.
“Durante demasiado tiempo, muchos líderes han buscado beneficiarse de estrategias que requieran diversidad de puntos de vista sin tener que cambiar los suyos. Estas aproximaciones fracasan, y se preguntan por qué”, ironiza Schwarz.
Para subsanar esta falta, Schwarz propone la siguiente lista de cinco niveles para evaluar qué tan abierto o cerrado se encuentra un líder a recibir retroalimentación de sus subordinados en su equipo de trabajo.
1. En definitiva no estás dispuesto a cambiar de opinión, sin importar lo que se te diga. Para ti lo más importante es tener la razón.
2. A pesar de que estás dispuesto a cambiar de opinión, no se lo dices a tu equipo de trabajo. Si quieren lograrlo, ellos tendrán que encontrar la manera de hacerlo. Sin tu ayuda.
3. Le dices a tu equipo que estás dispuesto a cambiar de opinión, pero no comunicas qué cosas podrían lograrlo. No comunicas, por ejemplo, que tu principal preocupación es reducir los costos de producción y que para lograr convencerte tendrían que pensar en cómo hacerlo.
4. El siguiente paso sería expresar cuáles son tus preocupaciones, aunque sin ayudar a tu equipo a plantear sus sugerencias del modo más plausible y contundente posible. En este nivel se deja que únicamente los argumentos bien estructurados persistan, desechando el resto.
5. A pesar de que el nivel anterior puede parecer el más intuitivo, Schwarz propone ir más allá. Quizás las ideas que te son propuestas adolezcan de alguna falla que las haga inoperantes, pero tú mismo podrías ser parte del proceso creativo y refinarlas hasta hacerlas satisfactorias.
Para ser un buen líder no sólo se necesita tomar decisiones: se deben tomar buenas decisiones. Por ello, escuchar otros puntos de vista puede ser un arma de gran poder en tu arsenal para llegar a la solución indicada. ¿En qué nivel estás tú?