Varias ciudades estadounidenses proyectan empezar a cobrar un impuesto a los clientes de servicios de streaming, como Netflix.
No se trata de un capítulo de Black Mirror… Pasadena fue una de las primeras ciudades californianas en anunciar que piensa cobrar un impuesto a servicios de streaming de video por internet, como Netflix, HBO Go y Hulu. Tras el anuncio, alrededor de 45 ciudades del estado de California empezaron a asesorarse para evaluar cómo podrían cobrar este impuesto también.
Algunos de los funcionarios que defienden este impuesto, que dependiendo de la ciudad oscilaría entre 4.5% y 11% del costo actual del servicio, arguyen que los códigos fiscales deben actualizarse junto a las nuevas tecnologías, pues es injusto que los consumidores de televisión por cable paguen impuestos mientras que quienes migraron a los servicios de streaming no.
Robert Callahan, director de la Internet Association, piensa que este impuesto violaría la ley federal de los Estados Unidos, pues el gobierno no permite cobrar impuestos al internet. Esto no ha detenido a ciudades como Chicago, que fue demandada por cobrar un impuesto de 9% al streaming.
El concejal de Pasadena, Tyron Hampton, declaró que si bien es necesario buscar nuevas maneras para reunir recursos por la falta de presupuesto, el internet debe quedar exento de impuestos, “pues su principio básico es que sea gratuito”.
En cualquier caso, esperemos que al SAT no se le ocurra seguir el ejemplo de Estados Unidos y comience a cobrarnos un impuesto sobre nuestros maratones de Breaking Bad o The Walking Dead. O sobre Blim (si es que tiene suscriptores).