el Contribuyente

My name is Bond, electric Bond

La británica Aston Martin busca dominar el mercado de los autos eléctricos.


Los tiempos cambian y, aunque seguramente las chicas Bond de las próximas películas del Agente 007 seguirán siendo de carne y hueso, sus autos tal vez no. Desde que Bond, encarnado por Sean Connery, condujera un Aston Martin en Goldfinger (1964), el auto se convirtió en un icono. Pero poseer un Aston Martin va más allá del estatus, es una máquina con una personalidad ganadora que quiere trascender su posición actual de vehículo de lujo.

En el Paris Motor Show, en octubre pasado, la marca aseguró que dentro de 10 años los autos eléctricos representarán 25% de su venta total. Una aseveración atrevida si se tiene en cuenta que –actualmente– su número de modelos totalmente eléctricos es de: cero. Pero la empresa fue más allá con sus intenciones. Andy Palmer, CEO de Aston Martin, busca que la marca domine el mercado de autos eléctricos de superlujo.

¿Tesla? Para el ejecutivo el Model S sin duda éste pertenece al mercado premium, junto con los modelos de Mercedes y BMW. Pero asegura que Aston estará arriba de ellos. Podemos pensar que no habla a la ligera, pues Andy Palmer tiene una experiencia probada de cuando estuvo en Nissan. Con el prototipo RapidE, que se comercializará en 2018, Aston Martin intentará ser el creador del auto eléctrico que todos los CEO (y Bond) quieren. 

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