el Contribuyente

5 estrategias de los millonarios para evadir impuestos

Los ricos tienen ejércitos de especialistas que les ayudan a pagar menos tributos.


La frecuente costumbre de millonarios de evadir impuestos dejó un hoyo de 320,000 millones de dólares en las finanzas públicas de los países latinoamericanos en 2015, de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
 
Esta práctica común entre muchos empresarios, estrellas pop, deportistas, políticos y otros resurgió y atrajo la atención mundial tras las revelaciones de los “Papeles de Panamá”, cuando en abril pasado, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación sacó a la luz pública una serie de documentos del despacho panameño Mossack Fonseca. En ellos se evidencian los recursos financieros y legales que utilizan millonarios de todo el planeta para evadir impuestos.
 
En la lista de estos evasores aparecen algunos mexicanos; el Servicio de Administración Tributaria (SAT) identificó a 280 personas físicas y 31 empresas de nuestro país involucradas con operaciones offshore a través de Mossack Fonseca.
 
Pero ¿cuáles son las estrategias a las que recurren estos millonarios para no pagar impuestos?:
 
 
-El uso de facturas falsas:
 
En los últimos años ha surgido una industria que se dedica a vender facturas de operaciones inexistentes para que éstas se puedan usar con el fin de deducir gastos, explica el fiscalista independiente Arturo Urbina Nandayapa.
 
“Es una delincuencia organizada de doctores ‘chocolate’ sin grados (académicos) reales, de fiscalistas del año que pagan por tener estos reconocimientos, de despachos que venden facturas amparados en funcionarios de alto nivel del TFJFA, entre otras causas”, señala el también asesor del SAT.
 
Si bien la expedición de facturas falsas es un fenómeno aún extendido, las autoridades fiscales en México ya cuenta con la tecnología para impedirlo, dice José Antonio Suárez González, especialista de la Academia Fiscal Mexicana.
 
“Con los nuevos esquemas de las tecnologías de la información, ahora es más fácil para la autoridad detectar actividades involucradas con actos ilícitos y ejercer sus actividades de comprobación”, añade.
 
 
-Mover los capitales a paraísos fiscales:
Hoy, es muy fácil mover el dinero a otros países cuya tasa impositiva es muy baja. Además, o existen algunos como Nueva Zelanda donde sólo se cobran impuestos al dinero que tienen los habitantes del lugar, pero no a los extranjeros.
 
“Es un problema de coordinación fiscal internacional. Es muy fácil para cualquiera mover los capitales a cuentas offshore a lugares como las Islas Caimán. Mientras sea así de fácil y no tenga consecuencias, será muy difícil evitar que siga pasando”, comenta el economista de la University of London, Diego Castañeda Garza.
 
 
-Aprovechar los vacíos legales:
 
 
En el mundo entero hay despachos y especialistas dedicados especialmente a diseñar estrategias para disminuir el pago de impuestos de los más acaudalados. Se aprovechan de las fallas y vacíos en las legislaciones.
 
“Lo que muchos despachos hacen es aprovechar estos agujeros que quedan en las legislaciones fiscales. Temas como hacer operaciones en Bolsa o aprovechar la operación fiscal y muchas otras que no necesariamente son ilegales”, resalta Castañeda Garza.
 
 
-Litigar ante las autoridades fiscales:
 
Los encargados de evitar el pago de impuestos de sus clientes son conocidos como la “tribu fiscalista” y cuentan con la experiencia para llevar a tribunales los cobros, cuotas y multas del SAT, pero, sobre todo, de autoridades locales que no cuentan con el personal jurídico adecuado para hacerles frente.
 
“Gran parte de eso se debe a la falta de capital humano en las jurisdicciones locales, muchas veces en los estados se llevan los litigios de evasión de impuestos y se pierden porque las autoridades locales no tiene la capacidad técnica para llevarlos bien”, explica Castañeda Garza.
 
 
Cambiar el lugar de residencia fiscal:
 
Gracias al gran capital con el que cuentan, los multimillonarios pueden comprar propiedades en el extranjero y mudar su residencia fiscal a lugares con una baja carga impositiva, algo casi imposible de evitar.
 
“En la medida en que haya sanciones económicas y de aranceles para los países que permiten eso, dejarán de ofrecer esos beneficios porque resultaría más costoso”, asegura economista de la University of London.
 
Ambos expertos coinciden en que los nuevos acuerdos de transferencia de información entre autoridades fiscales como el BEPS y la Ley FATCA pueden ayudar a combatir el fenómeno, pero no servirán si el SAT no utiliza esa información para sancionar a los responsables.

“Lo que va a terminar con las prácticas delictivas es el castigo, la sanción de que los que venden facturas sean presionados por sus clientes, que el SAT no sea un adorno a la hora de aplicar la ley y castigue a la evasión fiscal”, estima Arturo Urbina.

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