El gravamen fue creado en 1925 en México y tenía una tasa máxima de 40%.
Cobrar hasta el 20% a las herencias mayores a un millón de dólares (aproximadamente 18 millones de pesos), es la propuesta de un grupo de ciudadanos para disminuir la desigualdad y aumentar la tributación en nuestro país.
El colectivo Democracia Deliberada dio a conocer la iniciativa en el portal de Animal Político, en la que argumentó que gran parte de las herencias en México provienen de la “economía de los contactos” y de sectores con concesiones del gobierno como el de telecomunicaciones.
“El impuesto no sería ‘envidioso’ sino un impuesto justo, pues estaría focalizado fundamentalmente en aquellos millonarios que han vivido, en el contexto mexicano, de posiciones ventajosas en economías monopólicas u oligopólicas”, se lee en el comunicado.
Se calcula que con el impuesto se podría recaudar entre 1 y 1.8% del PIB anualmente. Dichos recursos se utilizarían para proyectos de salud, educación, vivienda e inversión que beneficien a los más pobres del país. Además de tener efectos positivos en la economía del país.
“Ayuda a disminuir la desigualdad de capital y de oportunidades, otra de las ventajas es la de modificar las conductas de inversión y consumo. Si en algún momento para ti se vuelve indeseable el pagar el impuesto, en lugar de heredar (el capital), optas por invertirlo, gastarlo, consumirlo, lo que genera una mayor actividad económica”, opinó el economista Diego Castañeda.
Este impuesto existió en México. Fue creado en 1925 (aunque posteriormente derogado) y tenía una tasa máxima de 40%. Además es común en el mundo, ya que varios miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lo tienen.
“En Estados Unidos tiene una tasa del 40%, y claramente no los puedes tachar de comunistas o socialistas. El impuesto a las herencias ha sido una forma de controlar la transmisión de privilegios”, agregó Castañeda.
De acuerdo con los impulsores, este tributo incluso fomentaría la competencia económica en un país como el nuestro controlado por grandes monopolios heredados, pues sería progresivo. Entre mayor la herencia, más alta sería la tasa que pagaría al fisco
“Lo que pasa con este tipo de impuestos es que obligas a las grandes fortunas a fragmentarse, que no todo el poder lo heredé una sola persona. Para no pagar una cantidad exorbitante del impuesto, en lugar de heredar tu empresa o tus acciones a tu hijo, le heredas una porción”, explicó el también miembro de Democracia Deliberada.
La otra porción de herencia podría pasar a otro familiar y crear así nuevas empresas, o incluso a proyectos de beneficencia, como pasó con la herencia de la familia Ford.
“Es funcional, no tanto por lo que recauda, sino por los efectos positivos que tiene en términos de permitir que se fragmente más la riqueza, que te genera una mejor distribución de la misma y mejores condiciones de competencia y al mismo tiempo te genera incentivos para la inversión y el consumo”.
Sobre las críticas de que significaría una doble tributación, quienes proponen el impuesto argumentan que no sería así, ya que lo que se grava no es el capital en sí mismo, sino la acción de transferirlo a alguien más.