Entre 3 y 6 millones de personas protestaron en Brasil para pedir la renuncia de la presidenta, en medio de acusaciones de corrupción.
Millones de brasileños salieron a las calles a protestar en contra del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff.
Las manifestaciones buscan forzar la renuncia de Rousseff, en medio de acusaciones de corrupción de funcionarios de su gobierno y del anterior de Lula da Silva.
Fueron más tres millones de personas las que salieron a las calles, de acuerdo con datos oficiales de la policía, mientras los organizadores afirman que fueron más de seis millones de personas las que protestaron.
La más numerosa de ellas fue en la ciudad de Sao Paulo, que congregó a casi un millón y medio de personas de acuerdo con la policía.
El Instituto Datafolha, que realiza encuestas y mediciones, señaló por su parte que hubo en torno a 500 mil manifestantes en la Avenida Paulista, sede del poder financiero.
En Brasilia, la capital federal y política, la estimación policial fue de 100 mil personas, por 200 mil en Curitiba, capital del estado de Paraná y ciudad donde se está liderando la Operación Lava Jato contra la corrupción en Petrobras.
Incluso en ciudades del noreste de Brasil, donde el Partido de los Trabajadores (PT) tiene mayor fuerza electoral, se realizaron multitudinarias manifestaciones, como en Salvador de Bahía o Recife.
La prensa brasileña asegura que se trata de las manifestaciones más multitudinarias en décadas o incluso de la historia de ese país, y suponen un notable aumento de la presión contra el gobierno de Rousseff, impactado por la crisis política, económica y por el descrédito por los problemas judiciales del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Los escándalos de corrupción han resultado ser un duro golpe para la aprobación de Dilma, quién en 2012 contaba con un apoyo del 72% que se compara con el 11% actual de acuerdo a encuestas dadas a conocer por la prensa local (con información de Notimex).