El déficit del gobierno amenaza el crecimiento del país
Obligado a sanear sus finanzas, la administración federal sacrificará obra pública, inversión y pago a proveedores, lo que pone en riesgo puestos de trabajo y empresas, advirtió el economista Jonathan Heath.
Para que el país crezca más de lo esperado el próximo año (2.78%), es necesario acelerar la implementación de las reformas estructurales, fortalecer a las instituciones y evitar la corrupción, afirmó Nelly Molina, presidenta del Instituto Mexicano Ejecutivo de Finanzas (IMEF).
“Están las reformas aprobadas, tenemos una legislación de lujo, pero falta la actuación de todos los participantes: gobierno, iniciativa privada y reguladores”, dijo.
Por eso son necesarios proyectos con buena planeación y transparencia, estructurar más y generar nuevas inversiones en sectores estratégicos como infraestructura, energía y telecomunicaciones.
Molina aseguró que la infraestructura puede acelerarse para 2016 y detonar capital para inversión nueva que pueda generar más empleos y mayor crecimiento.
Mal pagador
Sin embargo, Jonathan Heath, vicepresidente del Comité de Estudios Económicos del IMEF, advirtió que la inversión está amenazada por el recorte del gasto que hizo el gobierno, en su intento de sanear las finanzas públicas.
“Para el año próximo, el gobierno está bajo muchas presiones”, advirtió.
El país, explicó, tiene la necesidad de una consolidación fiscal y disminuir el déficit como porcentaje del PIB.
“El Fondo Monetario Internacional y las agencias calificadoras ya advirtieron que si México no empieza a sanear sus finanzas, la tendencia podría tener consecuencias muy negativas”, afirmó.
Explicó que para bajar el déficit estimado este año de 3.5% a 3% para el año siguiente, el gobierno tendrá que reducir el gasto, lo que afectará principalmente a obras de inversión pública.
“La contribución al crecimiento económico que pudo haber tenido el gobierno será menor en 2016 ante este tipo de circunstancias”, aseguró.
La inversión también puede verse afectada por el retraso de los pagos del gobierno a sus empresas proveedoras, que al no tener recursos para reinvertir pueden terminar en la quiebra.
“El gobierno está tratando de tener una ganancia, manejando ese dinero y atrasando lo más posible los pagos, es como si hubiera un impuesto adicional a las empresas, pero un impuesto muy grave que en algunos casos los puede llevar a la quiebra”, advirtió el economista.
Esto además amenaza miles de empleos, dijo.
No obstante, Heath afirmó que estos conflictos entre la iniciativa privada y el gobierno no son nuevos, ya que en otras ocasiones los empresarios han manifestado su inconformidad, por ejemplo, por la retención del Impuesto al Valor Agregado (IVA).
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