La institución pronostica un leve aumento en la inflación del próximo año, al ubicarla en 3%, en línea con el objetivo del banco central.
Luego de que este 16 de diciembre la Reserva Federal de los Estados Unidos anunció que elevó su tasa de interés, que se había mantenido cercana a cero en los pasados 7 años, el Banco de México hizo lo propio.
El aumento en México también fue de 0.25%, por lo que subió a 3.25%, mientras que la tasa de referencia norteamericana se estableció en un rango de 0.25% a 0.50%.
La decisión de EU puso fin a 9 años en que la tasa no había subido y 7 en los que se se colocó cercana a cero, en respuesta a la crisis financiera desatada por la explosión de la burbuja en el sector inmobiliario, en agosto de 2007.
El efecto de las tasas ya había sido descontado por el mercado, por lo que en cuanto se anunció, las bolsas subieron ligeramente, mientras el dólar frente al peso tuvo un leve movimiento y terminó 10 centavos abajo de la sesión anterior al anuncio de la Fed.
Banxico por su parte elevó la tasa de interés, que pasó de 3% a 3.25%, movimiento contrario al último acontecido en junio de 2014 cuando se modificó de 3.5% a 3%.
El consenso entre los analistas apuntaba ya en esa dirección, debido a que de no hacerlo el banco central de nuestro país se arriesgaba a que México sufriera una fuerte salida de capitales financieros en busca de mayores rendimientos en otras partes del mundo.
“México debería de mantener la relación que existe actualmente (entre la tasa de la Fed y la de Banxico), dadas la interconexión comercial y financiera con el país del norte. El banco central quiere evitar un riesgo de salida de capitales”, comentó en días pasados Gabriel Lozano, economista en jefe de J.P. Morgan en México.
El economista español José Carlos Díez dijo que el incremento debería ayudar al peso mexicano a estabilizarse y a frenar la depreciación que ha sufrido, pero advirtió que hay que estar atentos al mercado de bonos estadunidenses de largo plazo.
“Si el bono a 10 años sube por encima del 2.5% será signo de precaución, si sube por encima del 3%, de peligro”, agregó Diez.
Únicamente Barclays esperaba que Banxico mantuviera la tasa sin cambios, esto para apuntalar la economía de nuestro país y porque la depreciación del peso frente al dólar no se había traducido en un alza en la inflación, la cual se encuentra en niveles mínimos históricos.
Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays México, había pronosticado que la institución que encabeza Agustín Carstens subiría el costo del financiamiento hasta junio del próximo año.
Al comunicar su decisión, Banxico también mencionó la inflación históricamente baja, que en noviembre pasado alcanzó 2.21%, en la parte de abajo del objetivo de la institución (3% con un rango de más/menos un punto porcentual).
Para el próximo año, pronosticó que la inflación subiría a 3%, donde se mantendría estable. “Para 2016, se estima que ambas medidas de inflación (subyacente y general) registren incrementos, ubicándose en niveles cercanos a 3% y que en 2017 ambos indicadores se estabilicen alrededor de dicho nivel”, se puede leer en el comunicado del Banco de México. (Con información de El Financiero)