Expertos alemanes consideran que la firma de dicha ley da más beneficios a EU que a su país.
Mientras en Suiza la Ley Fatca, que cumple ya un año de estar en vigor, ha significado el fin del secreto bancario y el gobierno de ese país considera profundizarla aún más, en Alemania hay una percepción de que dicho acuerdo beneficia mucho más a Estados Unidos que la oficina germana de impuestos.
La Ley para el Cumplimiento Fiscal de las Cuentas en el Extranjero (FATCA), que se aplica en Alemania, constituye una calle de un solo sentido debido a las desventajas para este país, según medios bancarios y financieros.
Una amplia corriente de opinión en Alemania, entre expertos y asociaciones de bancos, considera que esa ley, que entró en vigor en julio de 2014, no trae las mismas ventajas para los alemanes que para los estadunidenses.
La Oficina Central Alemana de Impuestos informó que el gobierno firmó un convenio con Estados Unidos el 31 de mayo de 2013 para la aplicación de la FACTA, el cual se convirtió en ley el 15 de octubre de ese año.
Bajo dicho acuerdo, ambos países se comprometieron a un intercambio recíproco de información sobre cuentas financieras con el fin de asegurar una imposición fiscal efectiva, sin embargo, la parte estadunidense se ve más beneficiada que la alemana.
El director ejecutivo de la Asociación Federal de Bancos Alemanes, Michael Kemmer, consideró que en la actualidad hay un trato desigual para bancos estadunidenses y alemanes.
Destacó que si bien el convenio FATCA está orientado hacia la reciprocidad, permite a Estados Unidos suministrar menos datos a las autoridades alemanas. Estados Unidos demanda datos fiscales de los cuentahabientes e inversionistas en Alemania, pero no suministra información del mismo nivel y calidad a este país.
El FATCA obliga a los prestadores de servicios financieros en todo el mundo a informar a las autoridades correspondientes en Estados Unidos sobre la existencia de cuentas de estadunidenses, y quien no coopere es prácticamente excluido del mercado financiero de ese país.
De acuerdo con expertos alemanes en temas fiscales y bancarios, las autoridades fiscales alemanas no recibirán de las estadunidenses datos con los que puedan seguir la pista a evasores alemanes en ese país.
Las autoridades estadunidenses no disponen de esas informaciones debido a la enorme cantidad de leyes que son complacientes con quienes tienen inversiones en Estados Unidos. Eso se debe a que en EU los inversionistas no pagan impuestos sobre las ganancias del capital ni sobre las que proceden de las tasas de interés.
Lo mismo ocurre cuando extranjeros crean empresas ficticias en Estados Unidos para esconder su dinero, ya que los estados de ese país no recaban información sobre a quién pertenece un negocio de esa clase.
Otra de las críticas es que dicha ley ha convertido a los bancos y el sector financiero alemanes en el brazo largo de las autoridades fiscales estadunidenses, lo que trae consecuencias negativas para la imagen de las instituciones bancarias y financieras en Alemania.
Colaboración plena
A un año de haber entrado en vigor en Suiza la Ley FATCA, la colaboración de este país con Estados Unidos ha sido plena, pese a que significó el fin del famoso secreto bancario.
Con base en la normativa, las instituciones financieras extranjeras tienen que registrarse ante las autoridades fiscales de Estados Unidos, Internal Revenue Service (IRS), y entregar en forma periódica informes sobre los haberes de los contribuyentes estadunidenses.
Existen dos modelos para aplicar la Ley FATCA.
El Modelo 1, que han elegido la mayoría de los países europeos, se basa en el principio del intercambio automático de información. Las instituciones financieras comunican todos los capitales sujetos al fisco estadunidense a las autoridades fiscales de su nación, que a su vez los transmiten al ISR.
El Modelo 2, elegido por Suiza, establece que las entidades financieras son las que notifican directamente a Washington, pero solamente sobre los capitales de los clientes estadunidenses que autorizan la transmisión de sus datos.
Las instituciones financieras tienen que comunicar también el número y el patrimonio global de las cuentas de clientes morosos. Acto seguido, las autoridades fiscales estadunidense podrán presentar una demanda de asistencia administrativa para obtener la información completa.
Para Suiza, aplicar esta normativa ha representado un procedimiento muy complejo, cuyos costos para los bancos helvéticos se han llegado a cifrar entre 200 y 300 millones de francos (entre 206 y 309 millones de dólares).
De acuerdo con la legislación vigente en Estados Unidos, están sujetos al pago obligatorio de impuestos todos sus ciudadanos y los residentes legales en este país, así como los estadunidenses expatriados y los extranjeros domiciliados en el extranjero, pero con activos importantes en el país norteamericano.
En el IRS se han inscrito más de cuatro mil sociedades suizas. Todas las gestoras de patrimonio deben registrarse, incluso si no tienen clientes o títulos estadunidenses. Y si un gestor no se inscribe, los bancos se negarán a trabajar con él.
Además, los intermediarios financieros que no cooperen con el IRS serán castigados con una retención del 30 por ciento sobre todos los pagos que perciban en Estados Unidos y serían obligados, posteriormente, a abandonar sus operaciones en dólares (una divisa sin la cual ningún banco puede realizar sus transacciones cotidianas).
Ahora, a pesar de los reveses y los escándalos con los bancos suizos UBS y Credit Suisse en 2009 y el golpe de la sucursal suiza de HSBC, Suiza estudia ir todavía más allá.
De acuerdo con especialistas, Suiza prevé entablar negociaciones con Estados Unidos para pasar del Modelo 2 del acuerdo FATCA al Modelo 1, que sustancialmente contempla el intercambio automático de información entre autoridades fiscales.
Un cambio que las asociaciones de banqueros y gestores de fondos patrimoniales consideran “lógico”, ya que colocaría al país helvético dentro de los estándares internacionales de la OCDE.
De concretarse, en 2017 la banca helvética deberá comenzar a recolectar información y el intercambio comenzaría en 2018.
En paralelo, expertos en el tema han señalado, que el IRS investiga a un número importante de bancos suizos con el fin de identificar la cantidad de activos pertenecientes a ciudadanos estadunidenses.
Indicaron que en función de esos activos, a cada uno de esos bancos les será impuesta una multa por haber voluntaria o involuntariamente ayudado a ciudadanos estadunidenses a eludir sus obligaciones fiscales.
Esa investigación se realiza sobre los tiempos que antecedieron a la aplicación de la ley FATCA y el proceso es privado, por lo que será difícil conocer la cantidad de fondos provenientes de Estados Unidos, el grado de involucramiento de cada banco y el importe particular de cada multa.
Se estima que el monto total podría ascender a decenas de miles de millones de dólares y que las multas que se lleguen a cobrar llevaría a los bancos suizos a enfrentar serias dificultades financieras
Hasta ahora, unos 80 países negocian o han concluido acuerdos con Washington para regular la aplicación del régimen FATCA (con información de Notimex).