Es necesario que se elaboren criterios pernamentes, uniformes y claros para distribuir recursos entre los estados; 1,600 municipios del país recaudan menos del 10% de sus recursos, refleja estudio de la OCDE
Combatir la pobreza y la desigualdad en México requiere mejorar la coordinación fiscal entre los diversos niveles de gobierno, señala el Diagnóstico de desarrollo regional: México, un estudio elaborado por Gianfranco Viesti, para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En México, el gobierno federal recauda los impuestos más importantes y a continuación distribuye una parte de ellos entre los estados y municipios.
En los criterios de distribución de tales recursos, Viesti encontró que durante más de 30 años se han canalizado más fondos a los estados más ricos, que tienen altos niveles de ingresos, que a los pobres, contribuyendo a las disparidades regionales.
También observó que la falta información precisa sobre el reparto y los gastos, especialmente en el nivel subnacional, dificulta la comparación de recursos disponibles para los estados y municipios, lo que conlleva un nivel de transparencia insuficiente.
Además, la falta de criterios permanentes, uniformes y claros de distribución de recursos entre los estados puede originar una actitud rentista y niveles imprescindibles de financiación para los municipios.
Baja recaudación
El gasto público ha sido financiado por los recursos petroleros, pues los ingresos fiscales representan sólo 10% del PIB, nivel muy inferior al de otros países de la OCDE. Además, la base fiscal es reducida y la estructura de la tributación ha fomentado la informalidad, señala Gianfranco Viesti.
El papel redistributivo de la política fiscal mexicana ofrece beneficios a los grupos de menores ingresos, con servicios en especie, como educación y asistencia sanitaria. Sin embargo, en comparación con los países de mayores ingresos, la efectividad de la política fiscal para la reducción de la desigualdad es aún muy limitada, afirma.
Las decisiones políticas siguen centralizadas en el nivel federal, aunque sean aplicadas por los estados y municipios.
Viesti destaca que en México la relación entre el gasto subnacional (el que se realiza en entidades y municipios) y el nacional es una de las más altas y se aproxima a los niveles de Estados Unidos, Corea, España y Suiza.
Los estados llevan a cabo la mayor parte del gasto subnacional, mientras que los municipios representan un 9% del gasto público, que dedican a la prestación de servicios locales y a educación, de acuerdo con el estudio.
El país es uno de los que tiene el menor porcentaje de ingresos subnacionales en relación con el gasto general del Estado, pues de acuerdo con el informe, sólo 3% de los ingresos subnacionales procede de impuestos propios, porcentaje inferior a la media de la OCDE (23%).
Por ejemplo, señaló, de los 2,438 municipios que se tienen datos sólo en 400 la recaudación es mayor al 20%; en 1,600, es menor al 10%.
En 2013 el gobierno federal convocó a municipios y a entidades realizar convenios de coordinación fiscal para incrementar la recaudación; sin embargo, hasta agosto de 2014 sólo 15 estados firmaron el acuerdo.
Una ley reciente de responsabilidad gubernamental podría mejorar la situación, sugiere el autor.