el Contribuyente

El presupuesto rural no llega a los pequeños productores

De 150 programas para el sector rural, cada productor recibe sólo tres, en promedio, mientras que  el 60% del presupuesto se concentra en 20% de los productores


El dinero destinado a proyectos para el campo no llega a los pequeños productores. Por eso urge que las autoridades unifiquen y reorienten el presupuesto para la población rural en 2016, afirmaron organizaciones civiles.

“El pequeño campesino tiene un gran potencial, pero se le ha abandonado”, aseguró Arnulfo Melo, representante ejidal de Santiago Tlacotenco, durante la presentación de la iniciativa Valor al Campesino.

A pesar de que el presupuesto se ha triplicado en la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) en los últimos 15 años, de 30 mil millones a 93 mil millones al año, hay más deficiencia alimentaria y pobreza, informó Víctor Suárez, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras de Productores del Campo (ANEC).

Esto se debe a que el presupuesto creciente, que debería ir a quienes más lo necesitan, se destina a 10 por ciento de los productores que se consideran comerciales.

“Se concentra en los sectores más ricos de productores y de las más grandes empresas como Nestlé, Maseca, Monsanto, Bimbo, Lala y Bachoco. Mientras que entre 80 por ciento y 90 por ciento de los productores sólo reciben pequeñas ayudas asistenciales” que han favorecido al control político clientelar, dijo.

Para el sector rural hay más de 150 programas, pero en promedio cada productor recibe sólo tres. El 20 por ciento de los productores se lleva 60 por ciento del presupuesto, aseguró Héctor Robles, coordinador de la página de Subsidios al campo y profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La desigualdad de apoyos para el campo es muy visible de una región a otra, aseguró Suárez. Mientras un productor de maíz de Chiapas recibe no más de 5 mil pesos en subsidios, un productor de maíz de Sinaloa recibe 200 mil pesos al año.

Por eso, la iniciativa propone que en el proyecto para el gasto público 2016 se focalice 80 por ciento del presupuesto rural a los pequeños productores en inversión productiva.

Además, se sugiere un tope de apoyo de hasta 20 hectáreas, lo cual afectaría a 40 mil productores de un padrón de más de dos millones. Esto significaría un ahorro de mil 500 millones de pesos, aproximadamente, informó Diego de la Mora, coordinador del área de presupuestos y políticas de Fundar.

Limitar el apoyo al sector ganadero a 100 cabezas de ganado bovino por persona, es otra de las propuestas que afectaría a 12 mil ganaderos de un padrón de más de 330 mil beneficiarios, con el que se ahorrarían mil 137 millones de pesos.

Con ese ahorro, más el dinero que se destina a apoyos asistencialistas como Prospera, la iniciativa pretende que las familias de los campesinos tengan recursos para invertir.

Existe burocracia en entrega de apoyos

Las reglas de operación dificultan el acceso a programas rurales. Para entrar a todos los programas cada productor tiene que revisar mínimo 3 mil cuartillas, acudir a casi 20 ventanillas, y en ocasiones gastar de 30 a 50 por ciento de sus ingresos, señaló Robles.

“En algunos casos tienen que pagar un técnico certificado, para que los asesore; les piden aportaciones económicas para recibir el apoyo o formulación del proyecto”, dijo.

Algunas instituciones además ponen como requisito estar registrado ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), y cumplir con las obligaciones fiscales a tiempo, pero la mayoría de los productores no cumplen con esas condiciones por su nivel de ingresos (no mayores a dos millones), afirmó el profesor de la UAM.

Para conseguir los apoyos, los pequeños productores acuden a organizaciones y despachos que se dedican a la intermediación, los cuales usan sus nombres y se quedan con los recursos.

“Los programas están ‘prostituidos’, porque hay gente que se dedica únicamente a ‘cazar’ subsidios, incluso sin tener productividad. El presupuesto está desviado a actividades que ni siquiera son productivas”, dijo Pedro Torres, dirigente del Frente Democrático Campesino.

A fin de ahorrar en trámites, costos de operación y evitar el desvío del presupuesto, la iniciativa propone que de todos los programas para el sector rural se haga uno. Además, “que se firmen contratos de responsabilidad social, donde productor y gobierno establezcan su compromiso, lo cual haría más transparente el ejercicio”, añadió Robles.

Campesinos necesitan asesoría y espacios de distribución

Otro de los inconvenientes para los campesinos es que no reciben atención funcional. “Los técnicos que asigna el gobierno no tienen la sensibilidad de acercarse al productor y hablan con muchos tecnicismos”, agregó Melo.

Por eso es importante fortalecer los institutos de investigación agrícola para potenciar y aumentar la producción, respetando los métodos tradicionales, dijo Alejandro Calvillo, director general de El Poder del Consumidor.

También es necesario abrir espacios que favorezcan la distribución y el acceso a los alimentos que producen los campesinos, pues actualmente la gente acude más a los supermercados o cadenas de tiendas, donde venden alimentos procesados que fomentan la obesidad y desnutrición, afirmó.

El gobierno no ha tenido esa política pública de instrumentar espacios para comercializar alimentos sanos, añadió Melo. “La autoridad se preocupa más por la economía de las grandes empresas, que están tratando de adueñarse de nuestro conocimiento y luego nos lo quieren vender bajo un paquete”.

En la iniciativa también se propone que las compras gubernamentales se realicen a pequeños productores. A la sociedad se le invita a consumir productos de mejor calidad cultivados por campesinos, porque además de fortalecer su salud, ayudarían a fomentar la cohesión social.

“El que estos campesinos tengan un ingreso digno ayuda a que la gente piense en el trabajo y no sean capturados por grupos criminales”, aseguró Robles.

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